Plutón: La historia del que alguna vez fue un planeta

La historia de Plutón comienza en los años 20, con el astrónomo estadounidense Percival Lowell. Lowell fue un astrónomo y empresario muy curioso. Hoy lo recordamos principalmente por su creencia de que en Marte había canales construidos por marcianos para transportar agua desde los polos.

Por otra parte, Lowell creía profundamente que debía existir un noveno planeta más allá de Neptuno, debido a unas irregularidades que había detectado en las órbitas de Urano y Neptuno. Decidió llamar a ese planeta misterioso “Planeta X”.  No era una idea descabellada, de hecho, de está forma fue como descubrió a Neptuno, pero esa es otra historia.

Lowell provenía de una familia muy rica de Boston, por lo que no fue problema para él financiar sus propias investigaciones. Fue patrocinador de un famoso observatorio que lleva su nombre. Por desgracia, murió en 1916 y nunca logró completar su búsqueda. El proyecto se quedó estancado varios años por pleitos sobre la herencia del observatorio, hasta que por fin en 1929, se decidió retomar la búsqueda, dejando la tarea a un joven llamado Clyde Tombaugh.

Para encontrar el nuevo planeta, lo que se hacía era tomar placas fotográficas cada semana, y revisar si alguna estrella del firmamento se había movido. Después de un año de búsqueda y de forma casi milagrosa Tombaugh lo logró. Era claro que un pequeño objeto se había movido entre las placas del 23 y 29 de Enero. Lo más sorprendente es que después, en 1989, con la ayuda de la sonda Voyager 2,  se demostró que los cálculos en los que se había basado Lowell estaban mal, y que no había ninguna irregularidad entre las órbitas de Urano y Neptuno.

La gente se entusiasmó en seguida, ¡era el primer planeta descubierto por un norteamericano! En poco tiempo recibieron más de 1000 propuestas para darle un nombre, que iban desde Atlas hasta Zymal. Al final, la votación estuvo entre tres nombres: Minerva, Cronos, y Plutón. Plutón se llevó todos los votos, en parte porque las 2 primeras letras P y L eran las iniciales de Percival Lowell. El nombre no tardó en volverse popular. Por ejemplo, ese mismo año Disney introdujo a Pluto, el compañero canino de Micky Mouse.

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